#28 El cuento de hadas nos sobrevivirá a todos
Y paseos literarios por Valdivia, Gaia (FF9) y la Edad Media de Verónica Murguía
¡Hola! En este primer boletín del año, tengo mucho que compartir sobre actividades académico-literarias y una reflexión sobre la periodización literaria. Si bien este enero estará lleno de aventuras para mí, habrá algunas más personales que no he de develar por aquí, pero que podrían ser bastante decisivas en la silueta general de mi 2025.
Eso me tiene bastante ansiosa, claro, pero trato de aferrarme a aquello con lo que sí cuento hoy en día, y de tomar cada una de estas oportunidades para mostrar mi trabajo como un paso más en mi camino íntegro como Fantasista, aunque a veces este no resulte tan fácil de entender para otros, como exploro en la reflexión de este boletín.
Ya les contaré.
Primero, vamos con las novedades de enero (¡y una rezagada de diciembre!).
Presentación de La añoranza feérica en Valdivia (Chile)
Presentaré mi libro La añoranza feérica: ensayos sobre literatura de fantasía (Imaginistas, 2024) en el contexto de la 3° feria Caudal: Festival del Libro Independiente, en la ciudad sureña de Valdivia (XIV Región de Los Ríos).
DATOS DEL ENCUENTRO
📅 Fecha: Viernes 10 de enero de 2025.
🌎 Lugar: Librería Los Libros del Gato Caulle (Yungay 768, Valdivia, Los Ríos).
⏰ Hora: 16:00 hrs.
🤵🏻 Presentadores: Emilio Araya y Cristian Cristino.
🧱 Organización: Editorial Imaginistas / Festival Caudal / Librería Gato Caulle.
Publicación de paper “La formación subcreadora en El fuego verde, de Verónica Murguía”
El journal académico Catalejos. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños, asociado a la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina), publicó a fines de diciembre mi artículo “La formación subcreadora en El fuego verde, de Verónica Murguía”, en el contexto de su dossier temático “La novela de formación y las figuraciones de la infancia y la adolescencia: una aproximación crítica”.
Este artículo nace de la refundición de investigaciones previas, esparcidas en diferentes medios. Parte de sus ideas pueden leerse, de una manera más laxa, en mi ensayo “Retrato del Fantasista adolescente: un análisis de la subcreación juvenil a partir de sendas novelas de Verónica Murguía y Katherine Paterson”, incluido en mi libro La añoranza feérica. Ensayos sobre literatura de fantasía. Este contenido, a su vez, surge de un manuscrito inédito que me habían pedido escribir desde la desaparecida editorial española Hati para un proyecto de ensayos que nunca se concretó. Y, a su vez, este manuscrito surge de parte de mi tesis de Magíster en Literatura por la Universidad de Chile, que estuvo dedicada a la literatura de fantasía de Verónica Murguía.
No sé qué tan extendida o “correcta” sea esta práctica de despiezar y reconfigurar redacciones académicas inéditas previas, naturalmente sin caer en el autoplagio, pero yo no soy una investigadora tradicional y por lo pronto a mí me acomoda esta metodología de trabajo.
Para el lector interesado, comparto el resumen del artículo, su citación estándar en MLA y el enlace directo a la revista Catalejos (también está subido a mi cuenta de Academia.edu).
Resumen del artículo
El Bildungsroman es un género narrativo que ha evolucionado para representar, desde diferentes perspectivas, los procesos formativos de sujetos en desarrollo: entre sus variantes más interesantes se encuentran el Künstlerroman, centrado en la formación del artista (Slaughter, 2011). También han sido analizadas por la crítica las particularidades de las obras que abordan el desarrollo de personajes femeninos (Joannou, 2019). Sin embargo, persisten inquietudes sobre la maduración de sujetos no normativos, cuyos perfiles, al apartarse de los mandatos sociales aceptados, a menudo carecen de resoluciones alentadoras.
En este contexto, resulta valioso analizar otros géneros que, por diversos motivos, guardan ciertas afinidades con el Bildungsroman, como la literatura infantil (McCulloch, 2019) y la literatura de fantasía (Attebery, 1992; Hirsch, 1979). En esta última, la creación de universos no miméticos puede ofrecer nuevas posibilidades de formación, restringidas en el realismo. Esto se demuestra en el concepto de “subcreación” (Tolkien, 1947), que no solo remite a la creación de mundos secundarios, sino también a los actos creativos de los personajes para transformar sus vidas.
Este artículo presenta un análisis de close-reading de El fuego verde (2016), de Verónica Murguía (Ciudad de México, 1960), con el fin de demostrar cómo la experiencia formativa de la protagonista, expresada a través de su interés artístico e imaginativo, permite una transformación tanto literal como simbólica de su realidad y de su interior.
Citación en MLA
Rivera Donoso, Paula. "La formación subcreadora en El fuego verde, de Verónica Murguía." Catalejos. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños [En línea], 10.19 (2024): 117-134. Web. 26 dic. 2024.
Enlace al artículo:
Presentación de ponencia en el 2° Congreso de Estudios Ludo Críticos: El componente político de los videojuegos
Los inicios de enero de 2025 continúan intensos, ahora también desde lo académico.
La red chileno-latinoamericana Ludocrítica, en conjunción con las universidades UNIACC (Chile) y UC Riverside (Estados Unidos), organizaron la segunda versión de su congreso Ludo Crítica, dedicado a “el análisis del componente político presentes en los videojuegos y en su desarrollo, así como en las comunidades de desarrolladores y videojugadores, desde sus representaciones explícitas hasta sus implicaciones sutiles” (citado de su circular).
En esta instancia, tendré la fortuna de presentar una ponencia virtual, que he titulado como “La formación política y feérica de la princesa Garnet de Final Fantasy IX: una lectura desde el cuento de hadas y la literatura de fantasía”.
Resumen de mi ponencia
Un elemento habitual en los videojuegos de fantasía neomedievalista (Eco, 1973; Carroll, 2014; Kaufman, 2010) es el arquetipo de la princesa. En décadas pasadas, este arquetipo solía presentarse bajo el rol de objeto (Greimas, 1971) o de recompensa del héroe (Propp, 1928), probablemente debido a la influencia del cuento de hadas folclórico como narrativa preliteraria. Sin embargo, con el tiempo, el rol de este tipo de personajes se ha complejizado de manera homóloga al tratamiento que han recibido en la literatura de fantasía. Este es el caso de la princesa Garnet von Til Alexandros, coprotagonista de Final Fantasy IX (Squaresoft, 2001).
Esta ponencia pretende realizar un análisis literario de la formación de Garnet como princesa, a partir de tres patrones narrativos que Brian Attebery (2022) propone para la lectura política del flujo de poder en obras de fantasía: silenciamiento de voces, limitaciones personales interiorizadas y construcción de narrativas colectivas.
Este marco analítico del personaje de Garnet busca, por un lado, evaluar su reescritura de elementos feéricos asociados al arquetipo de princesa; por otro, demostrar cómo la reinvención singular de estos elementos y de los patrones mencionados propone un modelo idealista de liderazgo político intrínseco a las ficciones de fantasía, cuyas lecciones pueden, sin embargo, apelar a las cotidianidades políticas personales del jugador.
Así, retomo mis aproximaciones al análisis de videojuegos (y sobre todo los JRPGs) desde el marco de la fantasía, que trabajé desde lo ensayístico hace unos diez años y cuyo proceso culminó en la publicación de mi libro Érase una vez siete estrellas: Super Mario RPG (Héroes de Papel, 2023).
Hace años, publiqué un ensayo titulado “La princesa Garnet de Final Fantasy IX o el regreso de la Fantasía” en la revista divulgativa Presura. Videojuegos, cultura y sociedad. Esta ponencia será una actualización enriquecida (y algo más académica) de algunas vagas ideas que planteé entonces sobre el personaje.
Estoy contenta de poder explorar estos derroteros otra vez y de poder unir mi amor por la fantasía literaria y los JRPGs.
A continuación les dejo las coordenadas por si quieren acompañarme de manera remota, y también inscribirse para ver otras ponencias.
DATOS GENERALES DEL CONGRESO
📅 Fechas: 9 - 11 de enero de 2025 (evento híbrido).
🌎 Lugares físicos: UNIACC (Campus Central, Av. Salvador 1200, Providencia, Santiago de Chile) / UC Riverside (EEUU).
DATOS ESPECÍFICOS PARA MI PONENCIA
📅 Fecha: 11 de enero de 2025
⏰ Mesa y horas: Estudios de género. 10:45 - 12:00 hrs.
* ACTUALIZACIÓN 11/01/2025 *
Actualizaciones a mi web
En estos tiempos de una Internet tan despersonalizada y fragmentaria, el modelo de página web personal parece un anacronismo. Aunque lo sea, a mí me gusta mucho. Todo lo que hago desde mi escritura y que me resulte relevante queda respaldado en mi propia web de autora… Y ahora esto puede al fin leerse de manera literal, pues he actualizado la página con otros textos que antes no tenían cabida natural en las rígidas secciones Fantasía - Videojuegos - Literatura infantil y juvenil.
Así, he creado una sección Miscelánea, en la que he archivado todos los textos que se escapen a estas categorías, y que incluyen las reflexiones breves que a veces he compartido en estos boletines y textos sobre otro tipo de ficciones.
Por otro lado, he también subido todas las reseñas a obras literarias que he ido acumulando en mi blog en el recuento de lecturas anuales. Hay muchas de literatura de fantasía, obviamente, pero también varias otras sobre obras de otras estéticas, incluyendo trabajos realistas. Estas las he agrupado por años, en secciones desplegables.
Si te interesa conocer algunos de mis intereses más allá de la fantasía, puedes echar un vistazo a la sección Miscelánea:
Igualmente, he subido un formato particular de algunos de mis textos en el blog Tierra de Fay y que he decidido rotular como “Crónicas”: textos libres sobre experiencias y reflexiones a partir de eventos o anécdotas concretas, desde impresiones sobre mis participaciones varias en instancias académicas a mis pensamientos en torno a publicaciones en antologías colectivas, por ejemplo.
Puedes leer mis crónicas aquí (baja un poco en la página):
Escribir para el siglo XXI, o dejar de entender los cuentos de hadas
Hace unos días, una entusiasta lectora de mi antología Antaño, y que coincidentemente me conoció en mi época más combativa como Fantasista veinteañera, antes de perdernos ambas la pista por unos años, me escribió por Instagram para plantearme unas dudas de lectura. Le había llamado la atención un aspecto del primer cuento de la colección, “La Niña de Oro”: la repetición triple de frases. Entonces, me preguntó si había una finalidad, intencionalidad o técnica consciente detrás de ello.
Fue una pregunta que me sorprendió bastante porque, en una nano reseña ambigua del libro en un sitio prescriptivo en literatura infantil y juvenil, se insinuaba el mismo aspecto como un “defecto” o “problema” del texto: la repetición. Esta lectora, sin embargo, habiendo detectado un aspecto que no estaba segura de haber entendido, optó por preguntarme directamente de qué se trataba.
En el momento, me pregunté si no se habría pasado alguna errata que hubiera repetido varias veces un mismo segmento. No suelo releer mis historias ya publicadas en físico. Pero, considerando que en ninguna de las dos ediciones del libro (la chilena y la mexicana) alguien comentó eso en detalle, supuse que el asunto no tenía que ver con eso, sino con la estructura de repetición tripartita que deliberadamente elegí para darle forma narrativa a aquel cuento y que está inspirada en el elemento de triplicación (trebling) que el antropólogo Vladimir Propp identificó como un recurso propio del cuento de hadas en su obra estructuralista Morfología del cuento [Morphology of the Folktale] (1928).
Cito a Propp:
Señalemos solamente que algunos detalles particulares de carácter atributivo pueden ser triples (las tres cabezas del dragón), lo mismo que ciertas funciones, parejas de funciones (persecución-socorro), grupos de funciones o secuencias enteras. La repetición puede ser igual (tres tareas, tres años de servicio) o producir un aumento (la tercera tarea puede ser la más difícil, el tercer combate el más terrible) o tener dos veces un resultado negativo y la tercera positivo.
A veces la acción puede repetirse simplemente de forma mecánica, pero a veces, para evitar que continúe, deben introducirse ciertos elementos que detienen el desarrollo y reclaman la repetición.
(Propp, Vladimir. Morfología del cuento. Editorial Fundamentos, 1928, p. 84)
Lo interesante de este asunto es que he tenido que ir a buscar la teoría y la cita esta al libro de Propp porque, en realidad, no es que yo haya leído su libro y eso me haya dado la idea para escribir el cuento. Simplemente, como lectora de cuentos de hadas desde niña, y como una entusiasta principiante en su estudio, en virtud de mi amor por su evolución, la literatura de fantasía, era un elemento narrativo que tenía completamente interiorizado y que me encanta emplear en mis propias obras literarias siempre que puedo porque, además, me trae mucha tranquilidad interior.
Que mi lectora de Antaño no tuviera muy claro este elemento no es un problema: ya con preguntar si había intencionalidad en el texto tras reconocerlo da cuenta de su conciencia crítica. Lo curioso, y acaso preocupante, es que un espacio de especialistas en LIJ con intención prescriptiva no se haya hecho esa pregunta y lo haya rotulado como un defecto o un elemento que podría disuadir al lector infantojuvenil (!).
¿Los especialistas en LIJ no leen ni estudian ya cuentos de hadas? ¿No saben reconocer sus elementos en obras contemporáneas inspiradas en sus siluetas narratológicas?
Me consta que no es el caso de todos, obviamente, pero me queda esa duda en el caso de otros.
Supongo que, en los casos en los que estamos frente a textos que nos desconciertan por presentar elementos que nos son desconocidos desde nuestra formación o conocimientos, la actitud más sabia es justamente preguntarnos de dónde viene esa forma, antes de estampar un juicio categórico.
Aliento a este comportamiento más flexible no solo para controlar mis propios impulsos enjuiciadores, sino también porque no es la primera vez que alguien identifica como un error literario algo que en mí es una clara elección compositiva, anclada en tradiciones muy específicas y que no suelen ser, obviamente, las más normativas o de moda en la academia o la crítica.
Después de todo, yo también vengo de Letras Hispánicas: I know my ilk.
Conecto esta anécdota con un tuit que leí ya hace un tiempo y al que no he dejado de darle vueltas. Lo comparto:
Lo primero: a mí nadie me va a venir a decir cómo tengo que escribir. Y creo que todo autor tiene derecho a sostener lo mismo.
Por supuesto, mantener esa postura implica correr ciertos riesgos, como los que comenté anteriormente, o sufrir ciertas pérdidas mundanas (no acceder a ningún canon, no ganar premios relevantes, no estar en primera plana en prensa o librerías, etc.). Pero tenemos que recordar que lo importante de nuestra escritura es, pues, ¡nuestra propia escritura!
Me pregunto si justamente visiones como las de Sara Uribe no contribuirán en algo tan prosaico como que los lectores, ¡los especialistas!, ya no sepan cómo leer un cuento de hadas, o un cuento contemporáneo de fantasía inspirado en cuento de hadas.
Porque, claro, un cuento de hadas no tiene nada que hacer con el siglo XXI, ¿verdad? Pero ni siquiera con el siglo XX.
¿En qué siglo se contó el primer cuento de hadas? ¿Importa?
Un cuento de hadas folclórico cualquiera, con su origen perdido en la noche de los tiempos, sobrevivirá a toda la literatura enmarcada en siglos, y por cierto que nos sobrevivirá a nosotros.
Recordemos a G. K. Chesterton: “La literatura es un lujo; la ficción, una necesidad”.
El mensaje de Uribe me suena sospechosamente parecido a cierta postura ante la IAG (Inteligencia Artificial Generativa) de estos días: “llegó para quedarse”, “no importa que no te guste”, “así son las cosas”. Blablabla. Discursos conformistas, que claramente benefician a ciertos segmentos sociales y precarizan otros (a los que yo pertenezco, como autora y trabajadora). Y, en fin, una visión de aparente “progreso lineal” en el arte que me parece hasta peligrosa.
Al margen de eso, me parece extraña la intención de cortar la historia de la literatura en rebanadas, parafraseando al título de un libro del medievalista Jacques Le Goff. Tengo entendido (corríjanme si me equivoco, gente de Historia) que él valora el gesto en la medida en que aporta significado humano a las divisiones, pero que también reconoce la compleja relación entre continuidad y cambio.
¿Alguna vez oyeron de sus profesores escolares de historia la idea de que uno “no se acuesta medieval y se despierta renacentista”?
Por supuesto, la periodización y asignación de características dominantes a un periodo artístico es un recurso que tiene ventajas pedagógicas y que es muy útil para un entendimiento general inicial, además de ideológico, pero no me parece que debiera usarse para emascular el potencial de una producción literaria solo porque parezca artificialmente considerada ya “anacrónica”.
Por favor, ya ni siquiera es necesario que sigamos escribiendo sobre/desde el siglo XX, que tenemos demasiado fresco todavía para aquilatarlo bien: ¡ojalá se escribiera más como el siglo XIX, sobre todo en el realismo!
Mi gran lectura del 2024, de hecho, fue una novela rusa realista ambientada en la naciente URSS de la década de 1920: Tren a Samarcanda, de la escritora rusa Guzel Yájina, publicada originalmente en 2021 y traducida al español por la editorial Acantilado el mismo 2024. Claramente, es una novela que recoge influencias del realismo del siglo XX porque su materialidad vital es de esa época, pero también se atreve a incluir algunos elementos discursivos que podríamos considerar más contemporáneos. Y eso me parece perfecto en su portentosa combinación.
Creo que, en realidad, nadie puede escapar por completo del ethos del siglo que le ha tocado en suerte o desgracia para vivir y escribir, y que incluso el impulso de escribir deliberadamente desde una tradición literaria pretérita se puede leer desde el marco de la literatura contemporánea, porque algo de nuestros días habrá de colarse igualmente. Y eso está bien. Los infinitos retellings de cuentos de hadas enmarcados en la literatura de fantasía, desde las genialidades de Angela Carter hasta los romantasy más comerciales e insulsos, dan cuenta de esto.
Yo los invito a ustedes, lectores (y acaso escritores), a cerrar los ojos ante visiones como las de Uribe y pretender que la literatura importa demasiado como para cortarla en las rebanadas precisas que busca el establishment literario y las urgencias editoriales. Se encontrarán con algunos tropiezos en el camino, pero siempre se pueden resignificar.
¿Repeticiones? ¿Soy una escritora repetitiva en temas, estructuras, historias mismas?
Que lo sea: soy una escritora autista y necesito insistir una y otra vez en lo mismo porque estoy en la búsqueda de la forma más perfecta que pueda darle en vida.
Y prefiero fracasar en el intento de esto que mirar atrás y ver que solo traté de escribir sobre la moda de turno de mi siglo, para buscar la validación de gente poderosa o popular a la que, de todas formas, nunca habré de importarles siquiera como ser humano.
Porque acaso esto último sea el verdadero fracaso del escritor.
Con esta intensidad termina el primer boletín del año, ¡uf!
He elegido dejar para el próximo número mi selección de lecturas destacadas en mi blog por la extensión de esta última reflexión (y porque aún no he podido terminar de escribir los comentarios a todos los libros que he seleccionado…). Ahí podrán conocer mis impresiones sobre Tren a Samarcanda.
Espero que sigan la pista, si pueden y quieren, de los trabajos y eventos que compartí en este boletín.
¡Nos seguimos leyendo!
Empezamos el 2025 con intensidad, esa última reflexión me gustó mucho!
Excelente como siempre. Muy de acuerdo con la relación de esa actitud con la de que se tiene con la IAG.