¡Hola! Para esta última entrega de 2022 de este boletín, quería una vez más compartirles mi recopilación de actividades realizadas durante este año, que he listado en una entrada de blog de mi cuenta de Ko-fi.
En esta oportunidad, fueron muchas menos que en 2021, lo que está bien, pues aquel año hice muchas cosas. Otra razón por la que este año no hice tanto (aparentemente) fue porque estuve dedicada a trabajar en algunos proyectos que, si todo sale bien (🤞), debieran salir a la luz durante 2023… ¡Ojalá así sea!
Por lo pronto, les recuerdo que uno de ellos ya lo presenté en el Boletín de Fay #10: la futura publicación de mi antología personal de cuentos de fantasía titulada El idioma de los dragones, a ser lanzada hacia marzo de 2023 por la editorial chilena Trazos de Aves. A medida que vayan apareciendo nuevas noticias sobre la obra, las informaré por aquí y por otras plataformas.
Antes de proceder a presentarles mi recuento de 2022, difundiré de manera dedicada los dos últimos textos que subí a mi blog Tierra de Fay.
Traducción del ensayo “Tres formas de escribir para niños”, de C.S. Lewis
Hace meses estaba trabajando en una traducción de este texto, debido a razones que explicaré en la difusión de mi otra entrada en el blog. Me interesaba compartirlo en español porque tenía ya en casa el ejemplar original en inglés en el que se encuentra, el libro On Other Worlds, pero quería presentarlo también a gente que no podía leer en inglés.
Sin embargo, descubrí que este ensayo sí se había traducido oficialmente al español por editorial Alba, en un volumen que hoy parece descatalogado. Luego de dar con una copia digitalizada del ensayo, lo transcribí a mi blog.
Este es un ensayo valiosísimo y agudo de Lewis sobre diversas preconcepciones y concepciones sobre los niños y la escritura que suele destinarse a ellos. Básicamente, el autor nos recuerda que una de las maneras más óptimas para escribir para niños no es escribir desde lo que nosotros creemos que podrían interesarle a ellos, sino desde lo que nos interesa a nosotros, respetando la individualidad de los niños como seres humanos. Lewis también dedica buen espacio de su texto a defender la naturaleza profunda de la fantasía y a criticar ese “otro escapismo” (parafraseando por mi cuenta a Ursula K. Le Guin) en el que recae la literatura realista infantil a veces.
En suma, un ensayo esencial, y a contracorriente de muchos de los dogmas que los especialistas actuales imponen para validar las historias infantiles.
Publicación de ensayo “Post mortem: yo, autora de LIJ”
Bien: la razón principal por la que volví al ensayo de Lewis que comenté recién fue porque hice memoria de muchas de mis experiencias negativas como “escritora de literatura infantil y juvenil”, categoría en la que pensé que de alguna forma podía encontrar algo parecido a un refugio, ante las riadas que siempre azotan mi castillo en la fantasía.
Sentí entonces la necesidad de poner por escrito muchas de estas experiencias negativas con editoriales, agencias y otras entidades, a fin de reflexionar con el tiempo qué podía sacar en limpio de los juicios que me dispensaron en esos años. En ese sentido, la relectura del texto de Lewis ayudó a exorcizar muchos de mis dolores de todo ese tiempo.
De ahí que este ensayo lo haya planteado como un post mortem: una reflexión al final de mi proceso como “escritora de LIJ” y una revalorización de mi perfil como autora en general, ante todo de fantasía, y mi lo que esperaba de historias categorizadas como “infantojuveniles”.
Es un texto íntimo y a veces un poco deprimente, porque lo pasé muy mal. Sin embargo, termina en una nota luminosa. Una que, como es mi constante, me devuelve al amor y plenitud de la fantasía.
Recuento de actividades de 2022 (en Ko-fi)
¡Muchas gracias por acompañarme durante este año! Espero que deseen seguir haciéndolo en 2023. Y espero también poder contarles más de algunos proyectos que me hacen muchísima ilusión.
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