#14 Difundiendo el idioma de los dragones
Entrevistas y un rant sobre subgéneros de la Fantasía
¡Hola! En esta nueva edición de Boletín de Fay, quiero compartir nuevas iniciativas relacionadas con la actividad de difusión de mi antología El idioma de los dragones, así como algunas otras cosas de interés relacionadas, como siempre, con la Fantasía.
Entrevistas
Una de las mejores experiencias de difusión de publicación para mí son las entrevistas, porque en ellas al fin tengo espacio para hablar de mi perfil de escritora Fantasista, de cómo concibo la Fantasía y de qué van mis obras personales.
En general, no creo que un escritor tenga que haber publicado algo recientemente para que merezca ser entrevistado. El escritor siempre está trabajando en su arte, de una u otra forma, y sería bueno evidenciar eso en entrevistas durante esos periodos aparentemente “silenciosos”. Por desgracia, no es así. Pero bueno: he aprovechado el lanzamiento aún recientemente de El idioma de los dragones para hablar y escribir por todos esos años en los que a nadie le importó en lo absoluto mi quehacer Fantasista.
Otra curiosa que he notado de las entrevistas es que, a veces, tienden a repetirse el mismo tipo de preguntas. Es entendible, porque no toda la gente tiene que saber que uno ya las ha respondido antes, o que ya ha hablado de eso largo y tendido en sus webs personales a lo largo de varios años. Pero en ocasiones resulta agotador, porque siempre procuro entregar algo nuevo, aunque sea la misma premisa. Espero haber conseguido algo de eso en las entrevistas siguientes. O bien, al menos espero haber resultado coherente en lo que dije en cada oportunidad…
Perfil autorial en Leo Independientes
Leo Independientes es un proyecto de difusión de literatura chilena independiente de reciente creación. Entre sus espacios, disponen de entradas dedicadas a la presentación personal del autor, como una especie de entrevista a la que se le han removido las preguntas.
Aproveché ese espacio para recontar brevemente mi relación y concepción de la Fantasía. Originalmente, ya escribí sobre esto en Tierra de Fay, mi blog personal, pero seguramente casi nadie lo ha visto.
Esta es la versión editada y reformulada por Leo Independientes de mi perfil:
Entrevista conjunta para Leo Independientes y Literalmente Hablando (Video)
Estuve en conversación con integrantes de ambos proyectos sobre mi trayectoria como escritora, sobre mis visiones en torno a la Fantasía y, naturalmente, sobre algunos aspectos llamativos de El idioma de los dragones.
Entrevista para Lector.cl
Respondí con gran extensión un cuestionario que preparó la periodista y autora Francisca Gaete para Lector.cl, un proyecto web dedicado a la difusión de autores y literatura chilena de todo tipo.
Charla en Colegio San Mateo
Una de las actividades más bonitas que he tenido ha sido dar una charla sobre mi perfil como escritora Fantasista en el Colegio San Mateo, ubicado en el sur de Chile. El público adolescente es muy exigente, pero por fortuna todo salió bien y me sentí muy acogida por la comunidad escolar que asistió a la charla.
Hubo muchas preguntas interesantes, una valiosa conversación posterior con algunos estudiantes… ¡e incluso una chica me hizo un dibujito! (No lo compartiré porque es privado).
Por supuesto, no tengo registro textual directo de la charla, pero sí va a aparecer una pequeña nota-entrevista-síntesis en el periódico del colegio, que espero poder compartir más adelante.
Fantasía y subgéneros, o me pongo pesada por un momento
Hace unos días, vi circular por Twitter el siguiente tuit viral:
Por supuesto, esto desató una ola de discusiones y muchos tuits alusivos tanto a la hegemonía de Brandon Sanderson como autor contemporáneo de Fantasía (de la que reflexioné en el boletín pasado) como a la necesidad de recordar y difundir otros autores.
En fin. Lo que me interesa para reflexionar en esta oportunidad fue una tónica que comencé a ver en muchísimos tuits que llevaron la discusión por otros derroteros. Uno de ellos fue el comentario de los subgéneros de la Fantasía, a propósito de que si Sanderson escribía alta fantasía o no, y qué significaba que fuese “alta”, que si la “baja” era categoría discriminatoria…
Leí un sinfín de definiciones, pero… ¿y las fuentes para respaldar todas esas propuestas?
No sé qué tienen los subgéneros de la Fantasía que el fandom elude sistemáticamente cualquier tipo de referencia, fuente o citación a lo que personas importantes, que han dedicado su vida a su estudio o aun a su propia escritura, han formulado antes que ellos. Alguien diría que esto es un vicio de la academia y que la gente no tendría por qué incluir bibliografías, pero no me lo parece así. Creo que detrás de esto se esconde una peligrosa tendencia anti-intelectual. Una que, por alguna razón que aún no comprendo, veo casi siempre en las comunidades de ficción imaginativa, como si la imaginación misma no requiriera del intelecto para cobrar forma bella y coherente.
Nadie está aquí pidiendo que incluyan una bibliografía en MLA o Chicago o el sistema de referencia que sea (cosas muy odiables siempre, por lo demás). Simplemente, lo que yo desearía, lo que encontraría más razonable, sería respetar el pensamiento y trabajo teórico de otros y rendirles tributo a través de una mera mención. Ser rigurosos en lo que se supone que amamos. Ser honorables con nuestros maestros. Es decir, expresar algunos de los valores que nos han compartido historias de Fantasía en nuestro propio quehacer diario con ella.
Alguien podría decirme que esta es una labor difícil para quienes no tienen entrenamiento en estas pellejerías investigativas. Pero aun así pueden buscar y explorar más allá de lo evidente y lo popular. Esos también son componentes de la Fantasía, a su modo. El pensamiento, la investigación, la búsqueda y la exploración no son propios de la academia, y de hecho diría que la academia actual está cada vez más lejos de estas cosas.
Comprendo que la experiencia puede ser compleja, pero en esos casos siempre se puede atenuar el propio discurso con modalizaciones discursivas. En otras palabras: en lugar de sostener “La alta fantasía es esto”, decir “Yo creo / así como lo veo / hasta donde sé, la alta fantasía es/podría ser esto”.
Porque, en estricto rigor, ¿cómo sabemos lo que es o podría ser la alta fantasía?
Definiciones de este tipo, por lo general, surgen para caracterizar una expresión literaria concreta. La obra precedería a la denominación, aunque ha habido casos en los que ha sucedido a la inversa: de determinada conceptualización, han empezado a surgir poco a poco obras que desarrollen su propuesta. Como sea, se trata de conceptos que nunca surgen en el vacío. Alguien los enuncia o esboza, y tras esa primera voz vienen muchas otras que la van discutiendo o refinando en el tiempo. Pero creo que es importante, siempre que sea posible, saber quién fue esa primera voz, o al menos contar con la referencia de una voz importante en el transcurso de aquella discusión.
Hay quienes creen que los subgéneros de la Fantasía son meras categorías comerciales. No lo son, al menos no todos. Así como yo lo veo, los subgéneros deberían poder aportar matices distintivos a expresiones claramente diferentes de contar y recepcionar una historia de Fantasía. Distinguen matices estéticos trascendentes, no la tendencia editorial de turno.
Ahora, ¿cómo distinguir entre ambos? La respuesta es más compleja de lo que parece, porque lo que hoy podría ser tendencia bien podría terminar asentándose como una corriente importante en la Fantasía en el tiempo. Personalmente, tengo la muy radical y prejuiciosa (y muy poco académica, ¿lo creerían?) visión de que, si el subgénero en cuestión tiene un palabrejo en inglés que no se ha traducido, es muy probable que se quede en tendencia gringa que se nos ha sido impuesta. (Desde luego, entre eso omitiría el steampunk, por ejemplo).
Claramente, todo lo que refiera a estética como el movimiento de aesthetics, en el sentido de moda textil o tablero de Pinterest, cabe también dentro de lo comercial: las dark academias o los cottage core, que son de paso versiones domesticadas y estilizadas de los espacios que referencian (la academia y el bosque, ambos bastante brutales a su manera). No digo que no puedan haber obras relevantes o interesantes que los expresen y/o que sean catalogadas como tales (en lo personal, me atrae mucho leer Babel, de R.F. Kuang, que aborda un espacio académico, pero también una discusión ideológica sobre el colonialismo británico), sino que estos conceptos en sí mismos parecen aún desprovistos de hondura.
Volviendo a las preguntas iniciales: ¿quién habló del concepto “alta fantasía”? Pues el escritor de Fantasía Lloyd Alexander, en 1971, en su ensayo “High Fantasy and Heroic Romance”. Este dato aparece en la Wikipedia en inglés, de hecho. Aunque el acceso mismo al artículo no sea tan expedito, al menos queda como ejemplo de que a veces no es tan complicado rastrear el origen de un término importante.
Ahora, me pregunto si parte de la tendencia anti-intelectual que parece experimentar parte del fandom de ficciones imaginativas no tendrá que ver con que ahora muchos escritores solo trabajan sus ficciones y no se detienen, como antes, a emplear algunas de sus palabras para el pensamiento crítico y exploratorio de la propia materia de su arte. Y con ello pienso sobre todo en la forma por excelencia del pensamiento escrito refinado: el ensayo.
Creo que sería mucho más provechoso para la Fantasía y para los Fantasistas volver a este modelo de escritura, por más fallidos o temblorosos que resulten esos ejercicios textuales, que apenas esbozar una sentencia vaga en 280 caracteres en Twitter, o escribir un post de microblogging con muchos párrafos de una única oración, como los gringos.
Me hablo también a mí misma, cuando siento el impulso de solo quedarme en tuits por agotamiento ante mi formato más habitual de texto muy extenso. (Razón, entre varias otras, por las que no hablo tanto ya de Fantasía en Twitter, pero sí en otros medios, como este boletín).
Pero he de retomar mis propios ejercicios fallidos, pensando y repensando la Fantasía, y tratando de hacerme un espacio para continuar leyendo teoría (Farah Mendlesohn y su retórica de la Fantasía acechan en la distancia…) y articular algo a partir de eso.
Tenemos que vencer de alguna forma ese agotamiento ante la palabra. Se supone que somos escritores, y los escritores piensan y crean desde la palabra.
¡Con eso termino mis alegatos de señora! 😆
Gracias por soportar mis quejas; espero que al menos valioso pueda quedarles para pensar, que es mi idea. Ojalá se animen también a revisar algunas de las entrevistas adjuntas. Estas no son ensayos, y la mayoría de las preguntas formuladas no se centran en ahondar en la estética que busco construir en torno a mi Fantasía, pero sí transmiten muchos de mis propios pensamientos en desarrollo, con sus fallas y flaquezas.
Espero que podamos seguir en contacto 😊.
Qué reflexión tan valiosa, muchas gracias!